Su música, poesía, sus cortes, rebotes y cambios de velocidad, su dulzura y agresividad, su agitación y su peso. Piazzolla, Borges, Nelly Omar, Pugliese, Copes y María Nieves, tantos más lo puedan contar mejor que yo y seguramente lo veas en algún un pibe o piba que luego de un desencuentro en una esquina cualquiera fueron a jugar y con las manos llenas de barro luego de una tormenta y no cualquiera, se les dibuja una sonrisa. Seguramente allí existe el tango, cómo en un café.